lunes, 8 de mayo de 2017

Cómo armar una cartera de Inversiones

¿Cómo armar una buena cartera de inversiones?



 A continuación, diez tips para tener en cuenta.
1. No existe una cartera ideal para todo el mundo, ni diez carteras posibles para todos. Cada inversor debe tener una cartera que se ajuste a sus particularidades y necesidades.

2. La experiencia muestra que el armado de una cartera puede llevar una reunión con el cliente de sólo una hora, o varias reuniones y definiciones que podrían llevar hasta dos meses.

3. Toda cartera debe incluir el componente de inmuebles, adicionalmente al de renta fija (bonos) y renta variable (acciones). Para aquellos inversores que tienen sus propias empresas o participaciones societarias, también esta parte del patrimonio debiese incorporarse en el análisis.

4. La mejor inversión para alguien es aquella que conoce, controla y maneja, o sea, es su empresa, su comercio y/o su puesto de trabajo -con la que hizo y gana su dinero-. Por lo tanto, su cartera debiese estar estructurada de forma tal que le permita "dormir a la noche" y al otro día poder hacer foco en su mejor inversión.

5. El inversor nunca debe olvidarse del concepto de diversificación. Son muchos los empresarios que de un día para el otro ven que sus ahorros quedaron enterrados en la empresa. Y no hay nada más caro que el capital propio. Una vez que el dinero propio se coloca en la empresa, hace falta pasar por el 35% del impuesto a las ganancias para recuperarlo. Por el contrario, el costo del dinero prestado es deducible de Ganancias.

6. Todo tipo de inversión tiene sus pros y contras. a) Las inversiones en acciones fluctúan de precio y aunque técnicamente es la inversión más rentable en el largo plazo, el inversor debe estar dispuesto a soportar caídas temporarias de hasta el 50% de su valor. Éstos son los momentos en los que hay que contar con estabilidad emocional ya que, al menos que haya otra alternativa en acciones más barata, jamás hay que salir/vender ya que eso significaría convalidar y realizar la pérdida. Quienes no están preparados para soportar estos momentos, no deben invertir en acciones. b) Los bonos, con fluctuaciones inferiores a las de las acciones, requieren de una metodología de inversión y reinversión que deben seguir una estrategia y una disciplina. Y se debe hacer foco en reducir y/o eliminar los costos y comisiones, que en este tipo de inversión llegan a erosionar hasta el 25% de la rentabilidad bruta. c) Los inmuebles por otro lado, a diferencia de lo que dice el mito popular, sí fluctúan de precio, tal cual lo hace un bono. En la Argentina no hay un registro público que refleje las fluctuaciones en los precios. Por otro lado, en los inmuebles se hace diferencia aprovechando los ciclos económicos, tal cual se hace con las acciones. El secreto es salir/vender cuando las valuaciones están caras y entrar/comprar cuando técnicamente están baratas. El problema es que las personas tienden a enamorarse de los inmuebles y pierden el momento del ciclo donde conviene venderlos. Adicionalmente, el costo transaccional es alto y los tiempos de venta son largos (nula liquidez), lo cual podría significar convalidar una pérdida para salir de la inversión.

7. La cartera debe tener en cuenta los objetivos de flujos de fondos de cada quien. Así es como se diseña y estructura un portafolio. La vida nos demuestra que estos flujos son dinámicos y cambian según las circunstancias. En ciclos, pasamos de ahorrar a gastar parte de los ahorros en gastos proyectados y/o inesperados, para luego reacomodarnos y volver a ahorrar. La clave es mantener el foco en los objetivos y saber recalcular.

8. En este mundo fiscalmente transparente, vale analizar continuamente cómo reducir el impacto impositivo futuro. El sistema tributario argentino contempla variadas formas para evitar impuestos, reducirlos o diferirlos en el tiempo. Una correcta planificación financiera e impositiva permitirá evitar el camino más gravoso en lo tributario.

9. A la vez, en un mundo en el que todo se sabe o pronto se sabrá y donde la industria del juicio se agiganta, comienza a ser vital el uso de vehículos legales que permitan lograr que los activos estén a resguardo y protegidos del ataque de terceros. Muchos se replantean la cotitularidad de sus activos al ver que las acciones o problemas de sus hijos, padres o familiares pueden afectar a los bienes propios.

10. Hay otro tema que muchos analizan: la estrategia sucesoria. Las circunstancias expresadas en el párrafo anterior producen un cambio en la estrategia que hasta ahora elegía la mayoría de las personas cuando tenía su dinero "escondido" en el extranjero. Ahora, el uso de fideicomisos comienza a popularizarse ya que permiten de una forma muy flexible para que lo propio continúe siendo "propio" hasta último momento, y a partir de ahí dejárselo a quien cada uno quiera.


Fuente: lanacion.com  Por: Mariano Sardáns

miércoles, 3 de mayo de 2017

El lado oscuro de las UVI: los riesgos del nuevo plan

Es una buena idea, pero lanzarla ahora es inconveniente

La UVI es una buena idea, pero lanzarla ahora es inconveniente por varios motivos.
Primero: si usted invirtió 1 dólar en bonos discount y par denominados en dólares en 2005, con reinversión de cupones intermedios, tendría ahora 3,53 dólares. Pero debido a la subestimación de la inflación, sólo tendría 1,93 dólares si invirtió en iguales bonos denominados en pesos ajustados por CER. Pronto habrá juicios y será eficiente reestructurar estos bonos. Es difícil que los inversores crean en la UVI sin antes ver cómo terminó esta película y sin conocer el nuevo índice de inflación nacional, que aún no nació.
Segundo: todavía no está claro si es legal indexar. Podría darse que, una vez otorgado un crédito con UVI, el deudor denuncie que la indexación es ilegal y reclame pagar igual cantidad de pesos durante 15 años.
Pero hay otros dos problemas importantes. Por un lado, obsesionada con la oportunidad de ser dueño, es frecuente que la gente tome un crédito focalizándose en si puede pagar la cuota actual y dejando en segundo plano el valor real de las cuotas futuras y el precio del bien a comprar. En esto ayuda la memoria, ya que los créditos hipotecarios fueron frecuentemente un gran regalo para el deudor y una pésima inversión para el acreedor. Por ello hay tan poco de él. Pero si se mide bien la inflación, estos créditos tendrán tasas reales del orden del 5% anual, por lo que no se dará la licuación a los deudores que se dio en el pasado.
Esto se potencia con el verdadero problema de fondo: los precios de la vivienda son hoy el doble que en 2001 en dólares reales y 62% mayores en términos de salarios. Esto se debe en parte a tasas de interés internacionales bajísimas que apreciaron la vivienda en el mundo, efecto potenciado aquí por la desconfianza y el bajo rendimiento de los plazos fijos. El sector enfrenta una gran recesión porque los inversores dudan de la sostenibilidad de los valores y los usuarios finales no pueden pagar los precios.
El problema con fomentar la UVI ahora es que podría darse el caso de que el precio baje más adelante y que una familia deba 70.000 dólares por una casa que vale 50.000. Esto pasó con la resolución 1050 en los 80 y pasó también en el mundo desarrollado en 2008. Si los bancos están involucrados, una crisis así podría requerir de un rescate estatal como mal menor.
Frente a esta realidad, creo que la mejor política para facilitar el acceso de la clase media a la propiedad de la vivienda sería lograr que los precios bajen. Esto en parte se logrará normalizando el mercado de bonos, bajando la inflación y teniendo una tasa real positiva para los plazos fijos en pesos, cosas que el Gobierno ya logró o se ha propuesto como objetivos prioritarios. Pero además se podría cobrar un impuesto inmobiliario superior sobre las viviendas que no estén registradas como bien de familia. Otra posibilidad es que, cuando un banco otorgue un crédito hipotecario, parte del financiamiento sea provista por el vendedor, quien podría contribuir a la vaquita del crédito para facilitar la venta.
Pero parte de la apreciación de la vivienda se debe a factores globales que nos exceden. Desgraciadamente, para la generación que hoy tiene entre 25 y 40 años será más difícil ser dueña que para sus padres, aquí y en el resto del mundo, al menos por un tiempo. Por eso alquilar se ha hecho costumbre en países desarrollados. En un trabajo reciente para el BID encontré que los alquileres son 40% inferiores en términos reales que en 2001. El Gobierno podría trabajar también en hacer más eficiente dicho mercado: favorecer contratos plurianuales, promover garantías bancarias para inquilinos o que los bancos otorguen una calificación crediticia a un inquilino que pueda ser usada en diversas inmobiliarias.
Por todos estos motivos creo que es una mala idea acelerar los tiempos de la UVI.

Juan José Cruces - Diario La Nación - DOMINGO 17 DE ABRIL DE 2016

¿Cerca de casa? Los planes para el acceso a la vivienda

Los créditos ajustables por inflación serían la opción para algunos; cúales son los riesgos y cómo será el Procrear



Una nueva palabra intenta colarse en el diccionario de la economía real y cotidiana de los argentinos. UVI (las siglas que significan Unidad de Vivienda) representa el corazón del nuevo esquema de créditos con el que el Banco Central se propone darle vida al hoy casi inexistente mercado de préstamos hipotecarios. La ecuación es simple: la UVI tiene un valor que crece al ritmo de la inflación, y como los créditos estarán nominados en esa unidad de medida, las cuotas se actualizarán automáticamente según el alza de los precios y en porcentajes no lejanos -según se confía, claro- a la variación de salarios. Así, el valor real de los pagos se mantendrá en el tiempo y eso hará que se reduzca el valor de las cuotas iniciales que, por elevadas -dada la necesidad de cobertura ante la licuación futura-, son una barrera al préstamo.




Pero por mucho que caiga esa cuota inicial, ese sistema podría ofrecer una limitada respuesta al amplio y heterogéneo problema de la vivienda en el país. Por eso, desde el Gobierno afirman que se está preparando un plan con soluciones para cada segmento social. Entre las medidas previstas habrá un relanzamiento del Procrear, que adoptará los créditos en UVI con el agregado de un subsidio estatal de capital. Y se prevé sumar planes de viviendas sociales y de microfinanzas.
En este último tramo, la población a la que apuntan es la de hogares con ingresos de hasta dos salarios mínimos (hoy, $ 12.120), según dijo a LA NACION Iván Kerr, subsecretario de Vivienda, que agregó que con el nuevo Procrear se apuntaría a familias con ingresos de entre 2 y 4 salarios mínimos (según los valores actuales, hasta $ 24.240). En esos casos, como un crédito bancario -de ser aprobado- daría acceso a un capital bajo, el Estado apoyaría con un subsidio -que se pretende que salga de fondos del Tesoro- y entonces habría más posibilidades de alcanzar el monto necesario para una propiedad. Hasta ahora, el subsidio estaba en la tasa de interés, que al ser inferior a la inflación, generaba un perjuicio al rendimiento del fondo de garantía previsional de la Anses, el organismo que preside el comité ejecutivo que gestiona el plan de créditos.
"Hay un déficit cuantitativo de 2,5 millones de viviendas y otro déficit cualitativo [unidades con materiales de mala calidad, sin servicios básicos o donde hay hacinamiento] de 1,5 millones de hogares", dice Ricardo Delgado, subsecretario de Coordinación de la Obra Pública Federal, que agrega que por año se suman entre 120.000 y 150.000 familias a esa situación.
Dado ese mapa social y considerando que los sectores de nivel socioeconómico bajo son los más afectados, el nuevo esquema de créditos es sólo un capítulo en la búsqueda de soluciones. A quiénes alcanzará concretamente es algo que depende tanto del nivel de ingresos como del valor de la propiedad a la que se quiera acceder y del ahorro que acumule la familia (a mayor ahorro, menor necesidad de capital prestado). "Si bien no hay un monto mínimo a otorgar, el cliente deberá tener un ingreso superior a $ 14.000", dijeron desde el Banco Galicia ante una consulta sobre sus futuros créditos. Más allá de que se fije o no -según el banco- un ingreso mínimo requerido, lo que habrá que observar en cada caso es si el capital al que se llegaría con el ingreso del hogar sirve para el objetivo. Según ejemplos aportados por el Banco Central, con un ingreso de $ 14.000 se accedería $ 500.000 y se pagaría una cuota inicial de alrededor de $ 4000 (ver aparte "Cómo serán los créditos").
Por lo general se considera que es adecuada una relación cuota/ingreso de hasta 30%. El punto clave es si esa vinculación se mantendrá cuando la cuota vaya subiendo (antes del anuncio del Banco Central hubo propuestas, como la de la Cámara Argentina de la Construcción, que aconsejaban vincular directamente la evolución de la cuota a la de un índice salarial).
El esquema anunciado toma un recaudo: en caso de que la cuota aumente -por la evolución del CER- más de 10% respecto de lo que hubiera subido en caso de haberse seguido el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), el banco deberá ofrecer al cliente la posibilidad de prolongar el plazo en hasta un 25% del número de cuotas original. Así, habrá una reducción del número de UVI a pagar cada mes.
Desde el Banco Ciudad aportan un ejemplo real. La entidad ofreció la línea de créditos Mi Casa BA, a modo experimental, en los que las cuotas se ajustan según la inflación medida por el instituto de estadísticas porteño. Es el caso de un préstamo de $ 803.000 a 15 años, otorgado en marzo de 2014 con una cuota inicial de $ 6763, a alguien con un ingreso de $ 22.500. Tras un año, la cuota llegó a $ 9134, en tanto que pasados dos años, llega ahora a $ 11.641. "El mismo préstamo bajo la línea Ciudad Vivienda tradicional, con tasa fija por 18 meses y luego variable, hubiera implicado una cuota inicial de $ 13.845 y un ingreso para acceder de al menos $ 34.612", dice Maximiliano Coll, gerente de Marketing del banco. En este segundo supuesto, la cuota actual sería de 17.038 pesos.
El escenario inflacionario de los últimos años eliminó prácticamente el sistema de hipotecas. Por ese mismo motivo, no pocos creen que no es éste el momento oportuno para que el nuevo sistema encuentre adhesión. Al hecho de que estos meses son de alta inflación, acelerada por los ajustes de tarifas, se suma que muchos asalariados no saben aún qué va a pasar con sus ingresos este año.
Y por otra parte, el Indec, que todavía no dio a conocer su nuevo índice de precios al consumidor (IPC), necesita recuperar la credibilidad, algo que podría ir bastante más allá en el tiempo que la fecha prevista para la presentación oficial de ese dato (el 15 de junio). Por ahora, la actualización del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), que se usa para la variación de la UVI, se guía por la inflación que calcula la ciudad de Buenos Aires o la provincia de San Luis.
"Hace falta que haya un nuevo IPC y que pasen unos meses en los que se vea que funciona, y también se necesita que la inflación haya bajado", dice el economista Miguel Kiguel, director de Econviews, quien analiza: "Una cosa es lanzar la UVI y otra es lograr que empiece a funcionar en el mercado".
Para el objetivo de la inflación en baja, el rol que cumpla el Banco Central será fundamental, según advierte Juan Pablo Ronderos, economista de Abeceb y especialista en mercados financieros. "Esto tiene que funcionar con un Indec creíble y un plan antiinflacionario", puntualiza. Por eso, dice, será clave la explicitación de las metas de inflación por parte del Banco Central, que adoptará esa estrategia que implica orientar las políticas al logro de índices decrecientes de inflación predeterminados como objetivos.
Tanto el plan de metas de inflación como los créditos ajustables son políticas que en la región tienen a Chile como gran exponente. Y allí funcionaron bien. Según datos del Ieral, en la Argentina el crédito hipotecario bancario representa 0,9% del PBI, un índice que llega a 1,5% si se agregan las operaciones de Procrear. Un sistema este último que, en la opinión de Marcelo Capello, economista del Ieral, no es sostenible cuando se dan préstamos (tal como ocurrió) con tasas de interés menores al alza nominal de todas las variables de la economía.
En Chile, los créditos hipotecarios representan 23% del PBI, según cuenta desde el otro lado de la Cordillera Carlos Massad, quien presidió el Banco Central chileno a fines de los 60 -cuando nació la Unidad de Fomento en la cual se inspira la UVI local-, y entre 1996 y 2003. "La UF surgió por la necesidad de proteger los ahorros monetarios de las personas, que eran fuertemente erosionados por la inflación", dice el ex funcionario. Dicho sea de paso, captar depósitos a plazo fijo nominados en UVI (a 180 días como mínimo según la regulación) será clave para que los bancos presten bajo el nuevo esquema. "El éxito en captar estos depósitos depende de superar la histórica tendencia cortoplacista de los depositantes y la falta de credibibilidad del índice de precios", dice Julio Piekarz, ex gerente general del Banco Central.
En tiempos del nacimiento de la UF chilena, recuerda Massad, la inflación era de entre 25 y 30% anual. Y el desarrollo del mercado de préstamos se hizo esperar: "Los instrumentos de crédito se crearon pronto, pero su uso se masificó muy lentamente", explica. Hoy Chile no tiene oferta de hipotecas en pesos, sino sólo en UF. Y el mercado inmobiliario acompaña expresando en esa unidad de medida el precio de las propiedades.
"Creo que el público debería llegar a sentirse familiarizado con la UVI y, para eso, los desarrolladores deberíamos publicar precios en UVI y los constructores, hablar también en UVI", dice Alejandro Ginevra, presidente de la firma local Gnvgroup, que cree que también debería promoverse la construcción de inmuebles para alquiler, para que crezca la oferta.
Entre los temores, una de las preguntas que surgen es si un mecanismo de indexación no podría acelerar procesos inflacionarios. "Aquí se discutió mucho -responde desde Chile el economista Juan Andrés Fontaine, ex ministro de Economía de Sebastián Piñera-. El principal riesgo de aceleración inflacionaria es el reajuste automático de salarios, que no tiene nada que ver con la UF, usada en instrumentos financieros, a veces en alquileres. En estos bienes podría provocar cierta inercia inflacionaria, pero en mi opinión, eso más que se compensa con la ventaja política que significa que, al subir ciertos precios con la UF, el aumento del IPC sea impopular antes de alcanzar niveles peligrosos, y haya entonces apoyo para medidas de estabilización."
En todo caso, las políticas monetarias y fiscales demuestran tener, cuando son disciplinadas, efectividad por sobre el riesgo. En Chile, el valor de la UF, que sigue el índice de precios, creció 10% en los últimos tres años, un índice menor al que aquí se acumuló sólo en los últimos tres meses.
Para Massad y para Fontaine, la UF fue crucial en el crecimiento de los créditos. Además se advierte que la UF no fue una política aislada, sino que debieron disponerse, a la par de ir tras la meta de la confianza, incentivos para el ahorro de largo plazo.
Javier Casas Rúa, CEO de la consultora PwC en la Argentina, considera que debería promoverse la inversión con incentivos fiscales al crédito. Ahora se permite deducir, en el impuesto a las ganancias, un máximo de $ 20.000 al año en concepto de intereses de préstamos para vivienda. "Hoy hay incentivos negativos a la bancarización y eso juega en contra de la expansión del crédito", agrega. Casas Rúa considera que debe existir un cambio de concepto en el rol de los bancos que, en los últimos años y de la mano de una estrategia oficial que apuntó al crecimiento por consumo, se dedicaron más a incentivar las compras con tarjetas que a promover el ahorro y el crédito.
Mientras el pasado reciente impone varias correcciones, un fantasma con más antigüedad sobrevoló el pensamiento de algunos. ¿Y si esto se asemeja a la 1050, la circular de 1980 que dispuso una indexación que llevó a muchos a perder su casa? "La gente asocia, pero es muy distinto", dice el economista Orlando Ferreres. En ese entonces, recuerda, se indexó con la tasa de interés y no hubo relación entre la evolución del monto adeudado y la de los salarios u otras variables de la economía. La inflación era, además, muy superior a la actual.
Pese a que el momento del anuncio no sea el adecuado, Ferreres considera que, con el tiempo, el nuevo sistema puede llegar a andar bien. Si es así, en algún tiempo la UVI estará incorporada en las charlas de los argentinos.
Fuente: Diario La Nación - DOMINGO 17 DE ABRIL DE 2016

¿Cómo serán los nuevos créditos en UVI?

Hasta ahora, 11 entidades dijeron que participarán del sistema; algunas condiciones para tener en cuenta

La actualización mensual de las cuotas según la inflación es un factor común que tendrán los nuevos créditos con los que las autoridades del Banco Central pretenden reactivar el mercado de las hipotecas. Hay otras reglas comunes, como la obligación que tendrá cada entidad de ofrecer una extensión del plazo en caso de que, en un mes determinado, la suba de la cuota -que estará nominada en Unidades de Vivienda (UVI)- supere en 10% al incremento que habría tenido de haberse actualizado con el Coeficiente de Variación Salarial (CVS).
Hay varias características de los créditos en UVI que, en cambio, serán definidas por cada banco. A diez días del anuncio de la entidad que preside Federico Sturzenegger, 11 bancos anunciaron que participarán del sistema, aunque gran parte de ellos aún no definió cómo serán sus préstamos. Las entidades que ofrecerán productos nominados en UVI (al menos por lo que se conoce hasta ahora) son los bancos Ciudad, Provincia, Macro, Galicia, Hipotecario, Santander, HSBC, ICBC, Itaú, Bancor y BBVA Francés.
A continuación, una pequeña guía de algunas de las variables que deberán tenerse en cuenta -además de la inflación, de cómo está la economía familiar y de la tasa de interés que rondará el 5% anual- a la hora de evaluar ingresar en este tipo de créditos. La información que se consigna, aportada por algunos bancos, es orientativa sobre lo que ocurrirá en el mercado, dado que la mayoría todavía no lanzó sus productos en UVI, que pueden ser tanto créditos como depósitos a plazo fijo de al menos 180 días.

Ingresos requeridos

Por lo general, para que el crédito sea aprobado, la cuota no puede representar más de 30% del ingreso. Esa es la relación que considerarán, por ejemplo, el Provincia, el Hipotecario y el HSBC. Para determinar los ingresos se suman los del matrimonio y por lo general se admiten también los de convivientes sin vínculo legal. En el Macro especificaron que "se permitirá sumar ingresos de personas sin vínculo familiar directo, si son cotitulares del préstamo y titulares del inmueble". En ese mismo banco (que inicialmente ofrecerá el préstamo a quienes cobren el sueldo allí) dijeron también que se requerirá un ingreso mínimo de $ 4000. En algunas de las otras entidades no se especificará un ingreso base (aunque, por lo dicho sobre la relación cuota/ingreso, el nivel salarial siempre definirá el capital al que se accederá). El Itaú, en tanto, dispondrá un monto mínimo prestable, de $ 100.000.

Fines del préstamo

El Banco Hipotecario anunció que prestará para compra de inmuebles y también para construcción, ampliación o refacción. Y mientras que varias entidades no informaron aún sobre ese punto, en el Galicia y en el Itaú afirmaron que por el momento serán sólo para vivienda única y permanente, y en el HSBC anunciaron que el financiamiento para construcción llegará en una segunda etapa: "Por ahora estarán disponibles los préstamos para la compra de la primera y segunda vivienda, ampliaciones y/o refacciones", detallaron.

Monto máximo

La cifra varía entre los bancos que respondieron a la consulta de LA NACION. El Macro anunció que la cifra será de 1 millón de pesos, mientras que en el Hipotecario y el Galicia se podrá pedir hasta 2 millones de pesos. En el Provincia estimaron que llegarán hasta $ 1,5 millones y en el HSBC dijeron que darían hasta $ 2,5 millones, cifras que se confirmarán cuando comiencen efectivamente a ofrecer los préstamos. Un dato a considerar es que se financia, por lo general, un porcentaje del valor de la propiedad (el Macro y el Hipotecario, por caso, ubicaron ese índice en 75% por ciento).

Fuente: Diario La Nación - DOMINGO 17 DE ABRIL DE 2016

Supermercados de Argentina más caros que en Europa. Comparativo de precios.

Que los precios en Argentina están caros es una sensación que todos los habitantes de este país presienten.



Pero cuando surge una comparación directa de precios con países del primer mundo y en donde queda demostrado cuanto más caro es la Argentina no deja de sorprender, máximo cuando la diferencias de precios se producen en alimentos en donde siempre nos hemos vanagloriado de ser el granero del mundo, y porque no también el almacén del mundo.

La realidad es que nadie tiene certeza en los motivos en que llevan a la Argentina ha ser comparativamente tanto más cara que el resto del mundo. Algunos dicen la carga tributaria, otros dicen que los costos labores y provisionales son desmedidos, también hay interpretaciones que se basan en márgenes de ganancias desproporcionados del sector comercial, otra parte funda sus argumentos en los grupos concentrados que imponen el precio que quieren frente a la nula competencia, y otro argumentos más.

Creemos que es un combo de todo.

Impuestos elevados a nivel nacional, provincial y municipal de un país en el que la mitad de la población obtiene sus ingresos directamente del estado entre quienes cobran sueldos, jubilaciones, pensiones y asignaciones.

Carga laboral altísima con leyes de trabajo con sanciones astronómicas ante cualquier distracto laboral, justicia absolutamente pro empleados.

Costos provisionales elevados (incluye ingresos para los sindicatos que nunca se sabe bien para que se aplican)

Dólar subvaluado

Excesiva  concentración de algunos sectores productivos.

Excesiva poder dominante de grandes cadenas de hipermercados.

Escasa competencia, cara logística, etc

El relevamiento realizado por el diario Clarín respecto de 27 productos en supermercados de las ciudades de Nueva York, Madrid, Londres y París (ciudades no precisamente económicas) que demuestran que lo único que tenemos de primer mundo en este país son los precios de los productos que pagamos con sueldos del tercer mundo.

El informe concluye que la canasta de productos cuesta en Buenos Aires un 8% más que en Nueva York, un 24% más que en París, un 63% más que en Londres y un 68% más que en Madrid. En promedio, el costo es un 50% mayor acá que en las ciudades europeas relevadas.
  
El mismo combo de alimentos, bebidas y artículos de tocador vale en comercios argentinos $ 1.289, pero en las metrópolis del "primer mundo" analizadas puede bajar hasta los $ 767, convirtiendo los valores en cada caso según el tipo de cambio publicado por el Banco Nación. Ese monto sumó en la capital española, $ 792 en la inglesa, $ 1.043 en la francesa y $ 1.192 en la ciudad estadounidense.

Comparativo de precios de algunos de los productos relevados

Producto
Buenos Aires
Madrid
París
Nueva York
Londres
Coca – Cola
        $ 52
   $ 24
 $ 33
      $ 31
   $ 33
Nescafé 100 gr
        $ 99
   $ 55
 $ 46
      $ 57
   $ 62
Papas Lays
        $ 70
   $ 28
 $ 45
      $ 61
   s/d
Pan blanco ½ kg Bimbo
        $ 68
    s/d
  s/d
      $ 38
   s/d
Nuggets pollo 400 gr
        $ 88
    s/d
  s/d
      $ 46
   $ 52
Agua mineral
        $ 20
  $7,25
 $ 10
      s/d
   s/d
Leche litro
        $ 22
  $ 15
 $ 27
      $ 22
  $ 22







En frutas y verduras las diferencias halladas fueron menores: comprar en Europa y Norteamérica puede en varios casos ser más caro. En huevos, casi no hay diferencia.

Es decir que  una buena cantidad productos básicos pueden costarle mucho más a un trabajador de un barrio humilde de Buenos Aires que a un acaudalado financista de Wall Street o de la City de Londres. Un detalle: en esas ciudades el ingreso medio casi triplica al de los porteños.